En mi época de residente pamplonés, aparcar en el casco viejo y más lejos, era una especie de rugbimotorizado. Aparcábamos donde y como podíamos jugando a la lotería de la grúa pues las simples multas bajo el limpiaparabrisas eran papel mojado; y es que no quedaba otro remedio si querías llegar a casa a la hora de cenar. Afortunadamente desde entonces ha llovido mucho, las cosas han evolucionado considerablemente, en general para bien, pero sólo en general.

Sé que las comparaciones son odiosas, pero también suelen ayudar a mejorar.
Me pregunto qué pensaría un polinesio no necesariamente con educación superior si le describiese el tema de los okupas motorizados en Pamplona. Simplemente no lo entendería; le parecería algo francamente exótico.

En Moorea (mi isla) no hay un solo semáforo ni stops (no hacen falta), pero si hay-y no pocos- aparcamientos (bancos, supermercados, escuelas, Iglesias, hospital etc etc) con sus consabidos reservados azules para discapacitados. Nunca jamás se le ocurrirá a nadie invadir –ni siquiera para comprar el pan o entregar un sobre – uno de estos espacios. Es más, si lo hiciese no le ocurriría nada, absolutamente nada, pues la Policía Municipal ni siquiera tiene “bloc de impresos” para multas de tráfico y de grúa… nada. También veo que hay más espacios reservados para discapacitados que discapacitados con carnet de conducir. Sencillamente no les cabria en la cabeza esta falta de civismo suceda en una ciudad europea, con un alto bagaje cultural y un nivel de vida envidiable a nivel mundial. Me imagino la pregunta : “Ah bon? Ce sont des voyous ou quoi?” (¿A si? Son gamberros o qué) ¿Y qué le respondes??!!
Y pensar que hace 300 años estaban en la Prehistoria… ¡Da escalofríos!

Otra cosa seria en California -donde también residí-. Allí cada uno ve los aparcamientos reservados-cualquier tipo de reservado- como si tuviese una muralla electrificada alrededor. Esto se debe a que por una parte y al menos en cuestión de tráfico, hay un civismo ejemplar, y por otra a que la grúa llegaría como los bomberos al incendio, la ley caería con todo su peso, y la sanción será de quitar las ganas de volver a jugar al “okupamotorizado”.

Gracias por haberme leído hasta el final; ahora me quedo más tranquilo.

Primitivo Garate