En los últimos cinco dias hemos tenido fotos para todos los gustos.

Comenzamos con un taxista que, para resguardarse del fuerte sol, aparcaba plácidamente a la sombra en una plaza reservada para personas con discapacidad. Una de nuestras colaboradoras le indicó esa circunstancia y él, en lugar de disculparse y marcharse, siguió en el mismo sitio y le dijo que tenía otra plaza para aparcar. Al más puro estilo de los #OkupasMotorizados con su habitual «respeto» y «educación».

En el Diario de Sevilla se publicó una noticia de una mujer que había sido sorprendida, por la Policía Local, aparcando en una plaza reservada con una tarjeta caducada desde 2018. Peor aún fue comprobar que no era suya sino de su marido que había fallecido hace seis años. Si alguien puede entender estos comportamientos, por favor, que nos lo indique. No nos cabe en la cabeza que alguien que ha vivido la discapacidad tan cerca pueda actuar así.

Siguiendo por el Sur, en Punta Umbría (Huelva) la Policía Local detectaba una tarjeta oculta en el parabrisas. Estaba oculta porque era una tarjeta que caducaba en 2019 pero este personaje decidió prorrogar la misma diez años más. ¿Cómo lo hizo? Corrigiendo a mano y donde ponía 2019 puso 2029. Además de la multa administrativa se enfrenta a un posible delito penal por falsedad de documento público que puede acarrear hasta una pena de prisión.

Los #OkupasMotorizados no tienen límites ni fronteras. Francia siempre nos ha parecido un país ejemplar en cuanto al comportamiento de sus instituciones y ciudadanos en el trato hacia el mundo de la discapacidad. Pero nos encontramos con la excepción que confirma la regla y en Burlada había un coche utilizando una plaza reservada con una tarjeta semi oculta ya que la fecha de caducidad era de 2017.

Hace ya tiempo que los community manager de Mercadona no nos dirigen la palabra. Antes se disculpaban y trasladaban, o eso nos decían, la incidencia al centro correspondiente. Ahora ya directamente no nos hacen caso alguno aunque seguimos etiquetándoles y nos leen igual que antes. A los habituales supermercados de Mutilva, Sarriguren, Barañáin, etc se ha unido últimamente el de Tudela. No sabemos si les importará mucho pero podrían perder clientes por la imposibilidad de aparcar en las plazas PMR. Recordamos que compartimos una foto de Mutilva en la que cuatro vehículos ocupaban al mismo tiempo plazas reservadas sin tarjeta. O incluso también puede haber clientes que no comprendan su desidia hacia las personas con discapacidad y acaben comprando en otro establecimiento.

Para finalizar, acabamos de compartir siete fotos de una misma calle de Pamplona-Iruñea, la avenida de Cataluña en el barrio de Lezkairu. Hemos denunciado esta situación, al menos media docena de veces, al Ayuntamiento de Pamplona a través de su servicio del 010 incluso indicando las direcciones exactas de algunas de las plazas que no están perfectamente señalizadas y, en ocasiones, pueden llevar a equívoco. Entre la deficiente señalización y el poco respeto de algunas personas continúa todo igual desde hace más de medio año. No comprendemos la actitud del Ayuntamiento al que parece no importarle mucho esta parte de la ciudad.

Finalizaremos con una frase de Francisco Sardón, presidente de PREDIF de Castilla-León, que publicamos la semana pasada y decía «Respetar a las personas con discapacidad evidencia lo avanzado de una sociedad» Por los diferentes casos comentados creemos que nuestra sociedad no ha avanzado lo suficiente todavía.

 

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