Así se titulaba una infumable (suponemos ya que no la hemos visto) película de la década de los setenta que contaba con Fernando Esteso como protagonista.

Hemos optado por llamar así también al señor que el pasado sábado fue sorprendido in fraganti, por agentes de la Policía Foral (¡gracias!) aparcando en la puerta de unas piscinas municipales con la tarjeta de aparcamiento para personas con movilidad reducida de su hija, quien no estaba presente. Vamos, uno de los #OkupasMotorizados de libro que tiene en común con el protagonista de dicha película su falsedad ya que en este caso estaba haciéndose pasar por otra persona. Es decir, cometiendo un delito de uso fraudulento por el cual es citado en el Juzgado.

Agradecemos mucho a los agentes de la Policía Foral (al igual que a los de las Policías Municipales) su actuación. Esta infracción no es sencilla de detectar ya que tienen que coincidir en el momento exacto policías y el okupa de turno. Pero nos consta que, al menos en Navarra, persiguen  este tipo de delitos. Es un aviso para esta gente con un rostro del tamaño de Brasil.

No es necesario indicar, ya que no  es relevante, que en los alrededores de dicha piscina se puede encontrar aparcamiento, más o menos cerca, sin problema. Incluso tratándose de fin de semana sin tener que pagar.

Con este escrito queremos alertar a los socorristas de la piscina para que estén muy atentos por si el nuevo Pepito Piscinas decide darse un baño ya que esta persona tiene la cara de cemento armado y, posiblemente, el peso de la misma le dificulte salir a la superficie.

Nos encantaría saber cómo comunica, si lo hace, este personaje a su familia, amistades, etc lo sucedido el sábado pasado. ¡Qué vergüenza! ¿verdad? O quizá no la tenga.

Más nos vale que la mayoría de la sociedad no es como ese personaje y respeta las plazas y tarjetas de aparcamiento para personas con discapacidad. Es solo una cuestión de educación y empatía.

Dudamos mucho que Pepito Piscinas incluso sepa el significado de la palabra «empatía». Educación y respeto ya vemos que no tiene, en absoluto.