Una persona aparcó en un hipermercado en una plaza PMR sin tarjeta. Fue sorprendida por la Policia Municipal y multada. En lugar de pagar esa multa recurre al TAN (Tribunal Administrativo de Navarra) y le dan la razón al estimar que al ser un párking privado no pueden actuar allí los agentes. El Ayuntamiento de Pamplona-Iruña recurre (¡gracias!) y el Tribunal Contencioso Administrativo le da la razón al consistorio pamplonés y esa insolidaria persona tiene que pagar la multa por tratarse de un párking privado pero de uso público.
Esta sentencia la consideramos totalmente lógica. Si llegan a considerar que en un párking de un hipermercado o centro comercial la policía municipal no puede actuar se iba a convertir en un lugar que iba a ser regido por la ley de la selva. Nos gustaría conocer a ese individuo cuyo egoísmo impide que una persona con discapacidad pueda ejercer su derecho a aparcar en una plaza reservada y que, además, en lugar de pagar la multa totalmente merecida, es capaz de dirigirse a un abogado para recurrir al subterfugio de encontrar en la normativa alguna posibilidad de duda.
Si la sentencia hubiera sido a su favor nos íbamos a encontrar con un precedente que iba en contra del colectivo de la discapacidad. Afortunadamente el Tribunal Contencioso Administrativo ha dictado una sentencia que es celebrada por la sociedad en general. A las únicas personas que no les habrá gustado es a aquellas egoístas e insolidarias, #OkupasMotorizados, que a diario ocupan unas plazas que están destinadas a aquellas que tienen movilidad reducida. Siempre nos preguntamos: ¿cómo pueden tener tantas ganas de hacerse pasar por una persona con discapacidad? ¿queréis probar durante un día lo que se siente? ¿no os parece que seguramente no podríais aguantar ni siquiera unas horas? Por favor, poneos en nuestro lugar pero no os pongáis en nuestro sitio.
Nos gustaría que no lo hicierais para que no os multen sino por una cuestión de respeto, civismo y educación. Gracias.