La semana pasada conocíamos la noticia que hablaba de las casi 20.000 infracciones, en siete años, por el mal uso de aparcamientos para movilidad reducida en Málaga.

Es una ciudad de unos 575.000 habitantes y en toda la provincia el número de tarjetas vigentes es de 9.214. Las 19.836 sanciones en 7 años suponen una media de 2.833 por año, 236 al mes y casi 8 cada día. ¿Cuántas infracciones tendrán lugar? Nadie lo puede saber pero serán muchas más. Es decir, los #okupasmotorizados se ponen las botas como en todas las poblaciones de cualquier provincia.

No vamos a entrar a valorar estas cifras pero si pondremos alguno de los ejemplos que se narraban en la noticia y que se darán en cualquier ciudad.

«Una mujer estaba haciendo uso de una tarjeta PMR caducada desde 2019 cuya titular era su madre, fallecida en 2016. Tras personarse en su domicilio, la encartada continúo manifestando a los agentes que la tarjeta estaba a su nombre y que no sabía que estaba caducada. Conociendo que no decía la verdad, los agentes la instaron a que los acompañase al vehículo para comprobar la titularidad, manifestándoles que no podía hacerlo porque le costaba mucho andar. Ante tal actitud, le informaron de que en ese caso no tendrían más remedio que proceder a la retirada del vehículo al depósito municipal al encontrarse ocupando un espacio reservado PMR, ante lo que la interesada mostró mejoría y accedió a acompañarlos, corroborándose lo investigado y retirándole la tarjeta.»

«En otro caso, un hombre ser personó en el CVO, solicitando la renovación de la tarjeta PMR a nombre de su madre, identificándose como hijo y representante de la misma, aportando una fotocopia de la tarjeta, sin hacer entrega del original. Al proceder a tramitar la solicitud, el sistema avisó de que la titular falleció en 2017, pudiendo conocer que había falsificado la firma de su madre difunta para perpetrar el fraude.»

«Asimismo, hay casos en los que infractores a los que policías locales les han retirado la tarjeta PMR por su mal uso, acudían a dependencias policiales para denunciar su robo, al objeto de presentar dicha denuncia en el CVO para solicitar un duplicado, siendo denunciados judicialmente por denuncia falsa.»

«En otra actuación, policías locales preguntaron a un conductor cuyo vehículo estaba estacionado en espacio reservado PMR donde se encontraba el titular de la tarjeta, concretamente su padre, manifestando, en un principio, que estaba en el abogado, terminando por reconocer que no había viajado con él y había estacionado allí para realizar una gestión personal

«En otro caso, los agentes actuaron en la Alameda Capuchinos con otro vehículo estacionado en reservado PMR con la tarjeta colocada de forma visible en el salpicadero. Tras ser preguntado el conductor, descubrieron que la titular de la tarjeta, cuya validez constaba hasta 2026, fue su mujer, que había fallecido años atrás, por lo que los policías locales le informaron de que el uso de la tarjeta de una persona fallecida por un tercero podría constituir un ilícito penal

«En otra investigación, policías locales interceptaron un vehículo que circulaba careciendo de seguro obligatorio y sin haber pasado la ITV, comprobando, además, los agentes que llevaba expuesta una tarjeta PMR en el salpicadero caducada desde 2019, terminado por reconocer la conductora que pertenecía a su madre recientemente fallecida, por lo que procedieron a la retirada la misma.»

«En otro caso, los policías locales localizaron un turismo estacionado con una tarjeta colocada en el salpicadero caducada desde el año 2018, siendo el vehículo retirado al depósito municipal. Una vez personado, el propietario manifestó en primera instancia a los agentes que se trataba de su suegra y que esta estaba enferma, hasta terminar reconociendo que había fallecido.»

El rostro de los #okupasmotorizados deja al cemento o al hormigón armado a la altura de la plastilina.

 

 

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