En el más de año y medio de existencia de la iniciativa ciudadana #OkupasMotorizados, como podréis imaginar, hemos visto de todo.
Uno de los casos que se da con frecuencia es el de las personas que utilizan, para hacer carga y descarga, las plazas reservadas para personas con movilidad reducida.
Su argumento o excusa suele ser que están trabajando. Quizá no se den cuenta de que las personas con discapacidad también pueden trabajar y necesitar esa plaza para dicha labor. O simplemente no se dan cuenta, o sí, de que en esas plazas no se puede aparcar sin la tarjeta correspondiente.
En muchos casos son empresas de paquetería y somos conscientes de las condiciones en las que se establecen sus rutas y del tiempo del que disponen para realizar las entregas. Pero eso no es óbice para criticar estas actuaciones. Sería como si una persona titular de la tarjeta, al encontrarse con su plaza ocupada, utilizase el espacio reservado para aparcar motos. Igualmente esto no sería justificable. Al final se convertiría esto en la ley de la selva y así no se solucionan las cosas. Se solucionan con respeto.
Respeto que ayer pudimos comprobar que no tuvo la furgoneta de la empresa perSol. Al igual que sucedió hace unos meses, al principio del confinamiento, con DHL.
Fue en la calle Hermanos Noáin en Ansoáin. Concretamente a la altura del número 7 donde se encuentran dos plazas reservadas para personas con discapacidad. En la acera de enfrente y a escasos metros existen varias plazas reservadas para carga y descarga. En este caso no tenían ni la excusa del trabajo ni la de las prisas ya que todas las plazas de carga y descarga estaban vacías. Una verdadera falta de respeto. Solo pedimos eso: respeto. Ya de paso, puestos a pedir, pedimos, en este caso, la colaboración de la Policía Municipal de Ansoáin para que actúe en estas situaciones. Cuando una furgoneta o camioneta está allí aparcada se ve a distancia que está en un lugar que no le corresponde.
Igualmente son muchos los particulares que, a diario, utilizan esas plazas para tomarse un café o comprar pan en la cafetería situada enfrente.
Solo pedimos respeto. Se trata de un derecho del que no nos dejáis disfrutar. Necesitamos esas plazas.