A menudo nos preguntamos el motivo por el que los #okupasmotorizados se comportan así.
Como siempre, queremos buscar una justificación. ¿Se habrán dado cuenta de que es una plaza reservada para personas con discapacidad? En la foto que nos mandaron ayer no cabe la menor duda. Las plazas de Mercadona, en general, y en Burlada, en particular, están bien señalizadas y nos parece imposible que no se hubiera dado cuenta del color azul que quedaba bajo sus ruedas.
Todo el mundo está expectante ante el futuro que nos deparará tras la crisis del COVID-19. Está claro que durante más o menos tiempo nada va a ser igual que antes.
Desgraciadamente algo que parece que, por ahora, no cambia es el respeto que tiene la ciudadanía por las plazas reservadas para personas con movilidad reducida.
Ya se ha cumplido un mes del confinamiento. Por supuesto que salvo alguna excepción la gran mayoría lo respeta pero, obviamente, estamos deseando poder salir a la calle, dar una vuelta por el monte o acercarnos a ver el mar. La gente está deseando pasear al perro, bajar la basura, ir a comprar el pan o a hacer la compra para estirar las piernas.
Ayer, como hoy, hizo un día primaveral magnífico. Aunque fuera por el parking de un supermercado hasta apetecía dar un pequeño paseo. Pues ni por esas. Tuvimos al típico okupa motorizado que no debía tener ganas de caminar y estirar las piernas a pesar de la reclusión en casa y, con su habitual carencia de empatía, aparcó lo más cerca posible de la entrada sin importarle para nada que esas plazas estuvieran destinadas a otras personas con unas necesidades especiales. Por si fuera poco, aparcó en mitad de dos plazas impidiendo que se utilizasen ambas.
Resulta significativo que, a pesar de ser días con escasísimo movimiento, en un mes solo haya habido ausencia de fotografías de #okupasmotorizados en seis días. Las personas que, a pesar de todo lo que está sucediendo, siguen acordándose de esta iniciativa ciudadana y continúan colaborando (¡gracias!), nos han seguido enviando fotos -muchas menos evidentemente- que eran tomadas desde sus domicilios.
A las personas titulares de estas tarjetas de aparcamiento nos encantaría aparcar en el punto más alejado de la entrada al supermercado y poder caminar ese pequeño trayecto pero… no podemos. Tú que puedes, ¿por qué no lo haces?
¡Ánimo con el confinamiento! Un día más es un día menos. Salud.