Hoy por la mañana leíamos un tuit de Policía Municipal de Pamplona en el que se especificaba que 131 tarjetas de aparcamiento para personas con discapacidad habían sido retiradas por haberse usado ilícitamente. De ellas 43 habían sido expedidas por el Ayuntamiento de Pamplona y las otras 88 por otros ayuntamientos. En realidad, esto último es lo de menos. En todos los casos se trataba de #okupasmotorizados. Gente sin escrúpulos que no es capaz de respetar a las personas que realmente necesitan utilizar esas plazas de aparcamiento.
Gente que ha sido sancionada con 500 € de multa y, lo más grave, han visto como esa tarjeta ha sido retirada. Decimos más grave porque si la persona titular de la tarjeta ha fallecido no, pero si, por el contrario, vive, ¿qué va a hacer sin tarjeta?
Si se trata de una persona fallecida hay que tener «narices» para que un familiar o amigo que haya vivido tan cerca la discapacidad sea capaz de seguir utilizando la tarjeta. ¿Se habrán parado a pensar alguna vez en qué opinaría ese ser querido de estos delincuentes? Y si la persona vive ¿No se dan cuenta del perjuicio que le están ocasionando?
Precisamente este domingo Policia Foral también en otro tuit comunicaba que había retirado otras dos tarjetas en un centro comercial por el mismo motivo.
Desgraciadamente, y por las cifras que manejamos, es un hecho que se produce reiteradamente.
De hecho, la Policía Municipal de Pamplona, en los últimos cuatro años, ha retirado 687 tarjetas (275, 155, 126 y 131 en 2016, 2017,2018 y 2019 respectivamente) Esto quiere decir que en los últimos cuatro años han retirado una tarjeta cada dos días. Es un dato que nos deja de piedra ya que estos son los que han sido sorprendidos pero, evidentemente, son muchos más los que hacen un uso ilícito.
Es el mundo al revés. A las personas que somos titulares de tarjeta nos encantaría no tenerla ya que esto significaría que no tendríamos problemas de movilidad y, por tanto, nuestra vida resultaría más sencilla. Por otro lado, están estos malhechores, que, sin tener problema de movilidad alguno, son capaces de apropiarse de una para no tener que dar una vuelta con el coche en búsqueda de aparcamiento y/o para quitarse unos metros andando. ¡Con lo que nos gustaría a nosotros poder caminar! Y no estoy hablando de un paseo por la playa o por un bosque. Nos encantaría caminar aunque fuera por un párking de un centro comercial. El mundo al revés. La diferencia principal es que aún y todo no les deseamos que en alguna ocasión tuvieran que necesitar una de esas tarjetas y una de esas plazas reservadas. En ese caso ¿qué les parecería que otras personas no les dejara ejercitar un derecho?
Ya hemos superado la cifra de 3.000 foto compartidas en redes sociales de usos ilícitos que se han producido de plazas reservadas para personas con discapacidad en Navarra, fundamentalmente de Pamplona y su Cuenca.
No llevamos ni catorce meses de existencia y haciendo un rápido cálculo, nos han envíado una foto cada tres horas a lo largo de todo este tiempo.
Casi 8 fotos diarias de media que nos remiten las 307 personas que colaboran activamente con esta iniciativa ciudadana.
Estamos muy contentos por el seguimiento que se nos está realizando y confiamos en que, aunque sea poco a poco, consigamos que cada vez más gente se sensibilice ante este problema. Como dijimos al principio, nos encantaría tener que abandonar esta iniciativa ciudadana debido a que no nos enviasen foto alguna porque se respetaba el uso de las tarjetas y de las plazas. ¿Llegará ese día? Seguiremos intentándolo. Por nuestra parte no va a quedar.