Nos empeñamos muchas veces en justificar lo injustificable. En cuanto una plaza de aparcamiento reservada para personas con discapacidad no está perfectamente señalada decimos «igual el okupa motorizado no se ha dado cuenta de dónde estaba aparcando el vehículo».
Evidentemente cuanto mejor estén señalizadas mejor para todo el mundo. Por eso, cuando nos informan de alguna plaza que no cumple con los requisitos se lo hacemos llegar al Ayuntamiento. En algún centro comercial no están del todo bien señalizadas pero a cualquier persona en su sano juicio se le puede ocurrir que las plazas reservadas junto a la entrada y junto a los carros de compra puede ser que estén destinadas a las personas que debido a su movilidad reducida las necesiten.
Nunca se me ha ocurrido aportar contenido a la Wikipedia seguramente porque mi contribución carecería de valor pero hoy he pensado que una línea podría añadir. Cuando en Wikipedia se habla del daltonismo, que es una alteración de origen genético que afecta a la capacidad de distinguir los colores, cita alguno de los problemas que puede acarrear en ámbitos tan diversos como: valorar el estado de frescura de determinados alimentos, identificar códigos de colores de planos o elegir determinadas profesiones para las que es preciso superar un reconocimiento médico que implica identificar correctamente los colores (militar de carrera, piloto, capitán de marina mercante, policía, árbitro de fútbol, etc.)
Bien, pues a todos estos perjuicios me atrevo a añadir uno más que seria «no permite identificar las plazas de aparcamiento ni las señales que, pintadas de color azul, pretenden diferenciarse de las otras por estar dirigidas a un colectivo de personas con necesidades especiales y disuadir al resto de utilizarlas»
Esta reflexión viene al hilo de la foto que nos mandaba ayer C.A. -colaborador habitual- de un coche en Mercadona de Barañáin. Nos queda una duda: o bien esta persona puede tratarse de una persona afectada por el daltonismo o bien es una persona que piensa que los coches, en función de su color, aparcan en unas plazas u otras. Nos sorprendió de la foto lo bien que iban a la vista los colores del coche y la plaza. Pero hay un pequeño detalle fundamental que no debemos de pasar por alto y es que en esa plaza solo se puede aparcar con la tarjeta que lo acredite.
No es la primera vez y por ejemplo, Decathlon de Berriozar, dispone de unas plazas de movilidad reducida pintadas en un azul que se tiene que ver desde la cima del monte Ezkaba. A pesar de ello, un dia sí y otro también nos envían fotos de okupas motorizados que aparcan ahí aunque el color destaque tanto que nos recuerda a las aguas del remoto océano Pacífico Sur.
Por favor, respetadnos. No os podéis imaginar lo que nos facilitan la vida esas plazas de aparcamiento. Por el contrario, a vosotros no os hacen falta.